La alegría en sus rostros era inocultable: no solo habían ‘cachado’ clases el lunes, sino que los habían trasladado a una sala de cine del Centro Comercial Cacique para que
La alegría en sus rostros era inocultable: no solo habían ‘cachado’ clases el lunes, sino que los habían trasladado a una sala de cine del Centro Comercial Cacique para que