Luego de 15 meses de investigación, la Policía Metropolitana de Bucaramanga en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, lograron desarticular la banda delincuencial “Fonce”, que se dedicaba al tráfico y a la comercialización de estupefacientes en la comuna 6 de Bucaramanga con injerencia en los barrios La Victoria, Pablo VI, 20 de Julio, La Salle y Cordoncillos.
Las autoridades capturaron a nueve personas, por orden judicial por los delitos de: concierto para delinquir, tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y uso de menores para la comisión de delitos.
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Cabe anotar que, con la desarticulación de este grupo delincuencial, dedicados al tráfico de estupefacientes en el municipio de Bucaramanga, se ataca significativamente cuatro de los eslabones de la cadena criminal “cabecillas, administradores de las ollas, empacadores/dosificadores y expendedores”.
El primer eslabón los cabecillas de esta organización conocidos como “Pichón”, “Mincho” y “K” presentan nueve registros por los delitos de: Fabricación, tráfico y/o porte de estupefacientes, porte ilegal de armas de fuego y hurto calificado y agravado.
Se considera que, durante el año en curso, este grupo de delincuencia común organizado ha recaudado aproximadamente 900 millones de pesos producto de la comercialización del estupefaciente.
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En el segundo eslabón se encuentran los administradores de ollas, aproximadamente tienen un salario diario de $350.000, responsables de coordinar el empaque y dosificación de la sustancia. De la misma forma, controlar los turnos de expendio las 24 horas los siete días de la semana y el recaudo del dinero producto del ilícito.
En el tercer eslabón están ubicados los empacadores y dosificadores, encargados de la dosificación del estupefaciente y distribución a los diferentes expendios fijos y móviles.
Finalmente, el cuarto eslabón son los expendedores, quienes mediante el uso de armas de fuego ejercen control territorial de los expendios. Estos últimos han sido responsables de lesiones personales a integrantes de otros Grupos de Delincuencia Común Organizada que pretendían apropiarse del territorio donde mantienen su injerencia criminal.
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“Algunos consumidores de estupefacientes son responsables de la comisión de delitos relacionados con el hurto en todas sus modalidades y lesiones personales y homicidios, cuyas víctimas serían los habitantes de los barrios aledaños”, afirmó la Policía en un comunicado.