Los verdes y apacibles pastos de una de las fincas del sector de las ventas se convirtieron, en cuestión de minutos, en un Playón lleno de lodo, arena y troncos. Las personas que habitaban la vivienda tuvieron que salir despavoridas ante las fuertes lluvias que provocaron una avalancha, llevándose los enseres y pertenencias, como si fueran barquitos de papel.
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“Es que literalmente el río, el barro y toneladas de arena entraron por la puerta principal, acabando con los colchones, camas, muebles y todo lo que encontraba a su paso” dijo víctima de la avalancha.
Otras viviendas que también fueron arrasadas por la fuerte avalancha, estaban desocupadas. Por fortuna en esta ocasión no hubo pérdida de vidas humanas o personas desaparecidas.