Las fotografías de José Antonio Salazar, Sergio Carreño Plata, Luz Adriana Salazar y los pequeños de 3 y 8 años, Sergio Andrés y José David, son lo único nuevo que hay en la casa que está ubicada en el barrio Rosales de Floridablanca y que el 23 de agosto del año pasado se prendió en llamas y acabó con sus vidas.
Una noche que solo trajo dolor para todo una comunidad que sufrió con la muerte de esta familia que quedó calcinada dentro de las habitaciones del inmueble.
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Agustín fue el único sobreviviente del incendio pues esa noche logró escapar de las llamas a través de un muro y así salvar su vida.
Luego de la tragedia Agustín tocó varias puertas y pidió a las autoridades locales ayuda para levantar de nuevo la vivienda y así comenzar de nuevo lejos de los amargos recuerdos.
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Peticiones que no fueron escuchadas y hoy la casa se cae prácticamente a pedazos, el olor a ceniza aún se percibe, las cruces quemadas siguen colgando de las paredes color negro y los únicos huéspedes son Jesús, José y María, quienes siguen en una pequeña gruta ubicada a la entrada de la vivienda en la que solo imperan el abandono y olvido.
