Al parecer una disputa por el control del semáforo, ocasionó la muerte de un joven venezolano que se ganaba la vida vendiendo caramelos en la esquina de la calle 42 con carrera 33 de Cabecera.
Una puñalada acabó con la vida de Yasenky Jesús Carrasquero, un joven patriota que desde hacía ocho meses se había establecido en Bucaramanga.
Según vecinos del sector la víctima no se metía con nadie y era muy servicial. La víctima vivía con su esposa y su ilusión era poder traer a sus tres pequeños hijos de Venezuela.
El comandante de la Policía Metropolitana, General Manuel Vásquez, indicó que el agresor fue capturado.
Los vecinos y compañeros de ventas no atinan a entender qué sucedió, solo saben que los sueños del joven de ver a sus hijos quedaron truncados por culpa de una riña por unos cuantos pesos.
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