La pedagogía, los valores y el espíritu de competencia, hacen parte de este Mundialito en el que, más allá de buscar un título y premios, técnicos, padres de familia y la misma organización, fomenta esos hábitos que forman personas íntegras a través del deporte.
Guíar a los niños no es tarea fácil en una sociedad acostumbrada a no perder. Los formadores tienen la misión de enseñar esos valores que trascienden más allá de alcanzar un triunfo o un premio. Es decir, que la pedagogía, es uno de los elementos que hacen parte de este Mundialito.
El juzgamiento también es importante a la hora de los juegos, quienes imparten justicia, están en el deber de guiar y orientar a estos niños que están en periodo de aprendizaje.
La confianza y el respeto debe primar en estos eventos, especialmente frente a casos como el de José Miguel García, un integrante del Socorro, a quien cuestionan por su estatura, pues con tan solo 11 años, mide un metro con sesenta y nueve centímetros, un aspecto que viene de familia, es un niño que solo pretende divertirse.
Valores en el Mundialito de fútbol, un ingrediente que prima y sobresale en este evento, como el lema que identifica a la organización: “no me grites, aliéntame”, algo que cae como anillo al dedo en un torneo que construye niños ejemplares y de bien para nuestro país.
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