Miles de venezolanos hicieron largas filas desde la madrugada de este viernes 28 de noviembre frente a tiendas de electrodomésticos y centros comerciales en diversas ciudades del país, en busca de las promociones del Black Friday. La jornada comercial, importada de Estados Unidos, se ha popularizado en Venezuela a pesar de un contexto económico marcado por la inflación y la desigualdad.
Las concentraciones más numerosas se registraron en locales de Multimax en Lechería, Valencia, Maracaibo y Barquisimeto, donde muchos consumidores pernoctaron para acceder a las ofertas nocturnas. Según la Cámara Venezolana de Comercio Electrónico (Cavecom-e), los descuentos oscilaron entre 30% y 50%, con picos de hasta 70% en mercancía de liquidación.
Sin embargo, el entusiasmo por las promociones contrasta con la dura realidad económica que enfrenta el país. El economista José Guerra advirtió sobre el acelerado deterioro del bolívar y proyecta que la inflación podría cerrar el año entre 420% y 500%, con riesgo de alcanzar el 1.000% si continúa el aumento diario del dólar entre 0,60% y 0,90%. Guerra también estima que la pobreza general podría llegar al 76,2% y la pobreza extrema al 48,7%, mientras persiste la ampliación de la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, reflejo de la desconfianza hacia la moneda nacional y de la economía dolarizada de facto.
A esta crisis económica se suman las crecientes tensiones geopolíticas con Estados Unidos, que han aumentado en las últimas semanas. Aunque hasta ahora no han impactado directamente la jornada comercial, analistas advierten que cualquier escalada podría afectar aún más la estabilidad cambiaria y las condiciones del comercio en los próximos meses.
El pasado miércoles, el gobierno de Nicolás Maduro revocó los permisos de vuelo a aerolíneas como Iberia, TAP, Avianca, Latam Colombia, Turkish Airlines y Gol, acusándolas de “sumarse a acciones de terrorismo” promovidas por Estados Unidos.




