Una oferta laboral que prometía un trabajo como modelo en Dubái terminó convirtiéndose en una pesadilla para Claudia, una joven colombiana que fue víctima de una red de trata de personas.
Lo más desgarrador: la persona que la engañó era su propia amiga, Keila, quien resultó ser la jefa de la organización criminal.
El engaño
Claudia contó que Keila le ofreció la oportunidad de ganar más de 3 millones de pesos colombianos por sesión, asegurándole que todo sería seguro y legal. Confiada, Claudia viajó a Bahréin, donde pronto se dio cuenta de que había sido engañada.
Una vez en Bahréin, Claudia fue obligada a trabajar bajo condiciones de explotación sexual y laboral. La red operaba bajo la fachada de agencias de modelos, pero su verdadero objetivo era aprovecharse de mujeres colombianas en el extranjero. La joven relató que la situación era angustiante, y que su “amiga” estaba al mando de la operación.
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La denuncia
Gracias a su valentía, Claudia logró escapar y denunciar los hechos a las autoridades colombianas. La denuncia permitió identificar y desmantelar parte de la red, demostrando la importancia de actuar frente a cualquier situación sospechosa relacionada con trata de personas.
Llamado a la prevención
La Policía Nacional de Colombia recordó que la trata de personas es un delito grave que afecta la dignidad y los derechos humanos. Hizo un llamado a la ciudadanía para desconfiar de ofertas laborales dudosas, investigar antecedentes y reportar cualquier actividad sospechosa.




