Un terremoto de magnitud 7,4 sacudió este viernes 10 de octubre de 2025 el sur de Filipinas, dejando al menos una persona muerta y provocando alertas de tsunami en varias provincias del archipiélago. El epicentro se registró en aguas cercanas a la localidad de Manay, en Dávao Oriental, dentro de la región de Mindanao, una de las zonas más sísmicas del país.
Alerta de tsunami y daños en infraestructuras
El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico (PTWC) advirtió inicialmente sobre olas de entre 1 y 3 metros de altura, aunque horas después confirmó que la amenaza había pasado. Sin embargo, las autoridades locales mantuvieron las evacuaciones preventivas en las zonas costeras. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el sismo se registró a 58 kilómetros de profundidad y a 20 kilómetros al este de la población de Santiago.
El responsable de defensa civil Raffy Alejandro informó que la víctima fatal murió por la caída de escombros en la región de Dávao. También se reportaron daños materiales en viviendas, puentes y edificios, además de cortes de energía eléctrica y suspensión de clases y labores en oficinas gubernamentales.
Le puede interesar: María Corina Machado hace historia: la voz de la oposición venezolana gana el Nobel de la Paz 2025

Rescate y respuesta del Gobierno
El presidente filipino Ferdinand Marcos Jr. aseguró que las autoridades están evaluando la magnitud de los daños y que equipos de búsqueda y rescate ya están preparados para desplegarse en las zonas afectadas. “Estamos trabajando sin descanso para garantizar que la ayuda llegue a todos los que la necesitan”, declaró el mandatario.
De acuerdo con Richie Diuyen, jefe de desastres en Manay, el temblor duró entre 30 y 40 segundos y provocó daños visibles en casas, carreteras y la fachada de una iglesia. “No podíamos mantenernos de pie. Este ha sido el terremoto más fuerte que he sentido en toda mi vida”, aseguró el funcionario, quien describió la escena como “caótica y llena de pánico”.
En otras ciudades como Mati y Banay-Banay, los organismos de emergencia inspeccionaron edificios escolares y estructuras dañadas, mientras que en Dávao del Norte, las autoridades reportaron personas heridas y múltiples construcciones afectadas.
Le puede interesar: Conmoción por muerte de bebé tras aparente accidente en centro comercial
Un país acostumbrado a los sismos
Filipinas se encuentra sobre el Cinturón o Anillo de Fuego del Pacífico, una zona donde se concentra la mayor actividad sísmica y volcánica del planeta. Cada año se registran miles de temblores, aunque la mayoría son de baja intensidad.
Este terremoto ocurre apenas dos semanas después del más mortífero en más de una década, que dejó 74 muertos en la isla de Cebú tras un sismo de magnitud 6,9. El reciente movimiento telúrico fue uno de los más fuertes de los últimos años, y su potencia se sintió incluso en Indonesia y Palau, donde también se emitieron alertas preventivas de tsunami.
Videos compartidos en redes sociales muestran a oficinistas aferrándose a sus escritorios mientras se oían crujidos de estructuras, y otros clips exhiben armarios volcados y personas evacuando edificios.
Esperanza entre el miedo
Aunque la amenaza de tsunami ya fue levantada, las autoridades mantienen una estricta vigilancia ante posibles réplicas. Los equipos de emergencia continúan en la zona para evaluar daños y asistir a las víctimas.
“Los daños son grandes, pero estamos vivos”, dijo un residente de Dávao del Norte, reflejando el sentimiento general de alivio y temor que dejó el potente movimiento sísmico.