¡Escándalo en prisión! Reclusa trans es acusada de abusar y contagiar de sífilis a compañeras

Por Oro Noticias TV

jueves 2 de octubre, 2025 05:09 PM

La acusación contra Gabriela Nahir Fernández, una mujer trans en prisión, incluye abusos sexuales y la transmisión de sífilis a sus compañeras. El caso ahora está en juicio, con circunstancias agravantes severas.

La historia de Fernández, una prisionera trans que actualmente cumple condena en la cárcel de mujeres de Bouwer, en Córdoba, suma un nuevo y alarmante capítulo. Fernández, quien logró el reconocimiento legal de su identidad de género, enfrenta graves acusaciones por abuso sexual en perjuicio de al menos siete internas. Las denuncias, además de los abusos sexuales continuados, incluyen el contagio de sífilis a las víctimas, lo que ha elevado la gravedad de los cargos.

Un juicio por abusos sexuales y agravantes
La Fiscalía de Instrucción de Delitos contra la Integridad Sexual de Córdoba ha solicitado la elevación a juicio de la causa que involucra a Gabriela Nahir Fernández. Según las acusaciones, Fernández es señalada como la «probable autora penalmente responsable» de los delitos de abuso sexual simple reiterado en al menos dos hechos, en concurso con abuso sexual gravemente ultrajante continuado. El agravante en este caso es el hecho de que Fernández era consciente de ser portadora de sífilis, una enfermedad de transmisión sexual grave, al momento de perpetrar los abusos.

Uno de los casos más graves que se le imputan involucra a otra interna en un abuso con acceso carnal. En este, la Fiscalía acusa a Fernández de coautoría, participando junto con otras dos internas, Ingrid Roxana Florindo y Rocío Belén Montoya, quienes también están imputadas por abuso sexual con acceso carnal, en este caso con la utilización de objetos análogos.

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Además, uno de los episodios más perturbadores de la causa incluye la acusación de abuso sexual con el uso de un arma, lo que aumenta la gravedad de los cargos en su contra. Gabriela Nahir Fernández ingresó a prisión en 2016 bajo el nombre de Gabriel, cumpliendo una condena por lesiones leves calificadas y privación ilegítima de la libertad. Sin embargo, en 2018, tras declararse mujer transgénero, fue trasladada al pabellón femenino de la cárcel de Bouwer, donde comenzaron a registrarse las denuncias de abuso sexual. Las víctimas, también internas, señalaron que Fernández habría aprovechado su nueva ubicación en un espacio exclusivo para mujeres para perpetrar los abusos en su contra.

Lo que comenzó como una historia de integración y reconocimiento de género terminó en una serie de terribles denuncias que sacudieron los cimientos de la seguridad penitenciaria en la provincia de Córdoba. Las víctimas acusan a Fernández de haber utilizado su situación de vulnerabilidad para someterlas a abusos sexuales, en algunos casos con la colaboración de otras internas.

En 2023, después de haber sido liberada bajo libertad condicional, Fernández fue nuevamente detenida tras una denuncia por abuso sexual presentada por una pareja de género femenino. Esta nueva acusación motivó su reingreso al sistema penitenciario, donde, tras una revisión de su caso, la Cámara de Acusación de Córdoba ratificó su prisión preventiva. Además, ordenaron su traslado a una celda aislada, sin contacto con otras personas detenidas, tanto mujeres como hombres, a fin de garantizar la seguridad de todas las internas y evitar más incidentes.

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Impacto y controversia
Este caso ha generado una gran controversia en Argentina, principalmente en torno a la situación de las personas trans en el sistema penitenciario. La historia de Gabriela Nahir Fernández resalta los desafíos que enfrentan las personas trans en las cárceles, un entorno de extrema violencia y vulnerabilidad, pero también pone de relieve la gravedad de las acusaciones que enfrentan algunas personas dentro del sistema, sin importar su identidad de género.

El juicio que se llevará a cabo en los próximos meses será crucial para esclarecer los detalles de los abusos y la responsabilidad de Fernández en los crímenes cometidos. Mientras tanto, las autoridades siguen investigando la posible participación de otras internas y las circunstancias que permitieron que estos hechos ocurrieran dentro de un espacio controlado como la cárcel de Bouwer.

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