Colombia volvió a despertar con una noticia que recuerda los capítulos más oscuros de su historia política. A la 1:55 de la madrugada de este lunes 11 de agosto falleció el senador Miguel Uribe Turbay, del partido Centro Democrático y precandidato a la Presidencia, tras ser víctima de un ataque armado. Su asesinato revive el fantasma de la violencia política que ha segado la vida de reconocidos líderes y aspirantes al poder en el país.
Con este crimen, ya son siete los candidatos o precandidatos presidenciales asesinados en Colombia. La lista incluye a figuras históricas como Jorge Eliécer Gaitán, Jaime Pardo Leal, Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo Ossa, Carlos Pizarro Leongómez y Álvaro Gómez Hurtado.
Una herida que no cicatriza
El primero de esta serie trágica fue Jorge Eliécer Gaitán, caudillo liberal cuyo asesinato el 9 de abril de 1948 desató el Bogotazo y un largo ciclo de violencia política. Su defensa de las clases populares y su enfrentamiento con las élites lo habían convertido en un fenómeno político sin precedentes.
Décadas después, en los años 80, Jaime Pardo Leal, líder de la Unión Patriótica (UP), abogado y defensor de derechos humanos, fue asesinado el 11 de octubre de 1987. Su muerte marcó el inicio de un exterminio sistemático contra este movimiento.
En 1990, la violencia se ensañó de nuevo con la UP: Bernardo Jaramillo Ossa fue abatido en el aeropuerto El Dorado por un sicario de 16 años. Ese mismo año, el país quedó conmocionado por el asesinato de Luis Carlos Galán, líder del Nuevo Liberalismo, acribillado en una plaza pública de Soacha.
También en 1990 cayó Carlos Pizarro Leongómez, excomandante del M-19, asesinado a bordo de un avión comercial rumbo a Barranquilla, tras haber firmado la paz y lanzarse como candidato presidencial.
Cinco años después, el 2 de noviembre de 1995, Álvaro Gómez Hurtado, dirigente conservador, periodista y tres veces candidato presidencial, fue asesinado en Bogotá a la salida de la Universidad Sergio Arboleda. Aunque las Farc reconocieron años más tarde su responsabilidad, el caso sigue generando controversia.