Qué mejor manera de contrarrestar un poco ese sentimiento de tristeza que embarga al fútbol santandereano, que con un poco de humor. Relatos contados por quienes compartieron junto a Herman “El Cuca” Aceros, un hombre dicharachero y lleno de historias que alegran el corazón.
Una buena forma de pasar el trago amargo es apelando a la jocosidad de don Herman; y es que definitivamente la sonrisa es un reflejo que expresa el alma, un sentimiento evocado por instantes alegres como los que genera “Cuca”, cada vez que salen a flote esas anécdotas que hicieron parte de su vida.
Nadie se salvaba de sus ocurrencias, esas que con picardía y cariño, se convierten en excusa perfecta e inesperada para recordarlo con cariño y arrancarle una sonrisa a más de uno.
Así era “El Cuca” Aceros, un hombre desprevenido y lleno de ocurrencias, de momentos dulces y alegres que mantendrán vivo el recuerdo de un santandereano de pura cepa.
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