El presidente Gustavo Petro anunció este viernes20 de junio que derogará el controvertido decreto con el que había convocado una consulta popular, luego de que el Congreso aprobara en último debate la reforma laboral. Sin embargo, el mandatario sorprendió al revelar que propondrá una «papeleta» en las próximas elecciones para convocar una Asamblea Nacional Constituyente.

“Como lo dije, dado que la reforma laboral es ley, derogaré el decreto que convoca la consulta popular, que ya no es necesaria. El poder constituido que hace las leyes le obedeció al poder soberano, que es el pueblo”, afirmó Petro en un extenso mensaje publicado en su cuenta de X (antes Twitter).

Aunque previamente había condicionado la convocatoria de una constituyente al hundimiento de la reforma, Petro ahora sostiene que es necesario impulsar un proceso que permita, en sus palabras, “cambiar a Colombia”.

“El constituyente ha sido ya convocado desde la Presidencia. Creo que es necesaria esa convocatoria. La participación del pueblo para cambiar a Colombia es necesaria. Sin pueblo no hay justicia social”, sostuvo el jefe de Estado.

Según explicó, durante las próximas elecciones los ciudadanos recibirán una papeleta simbólica para expresar su voluntad de convocar una Asamblea Nacional Constituyente. “Espero la decisión de millones para que el próximo gobierno y Congreso tengan el mandato imperativo de construir el Estado social de derecho, la justicia social, la democracia profunda con las gentes, la paz”, agregó.

¿Qué se necesita para convocar una Asamblea Constituyente?

La propuesta del presidente deberá seguir un procedimiento establecido en la Constitución. El Gobierno debe presentar un proyecto de ley ante el Congreso que detalle cinco aspectos: la convocatoria, el número de delegados, los temas que se tratarán, el sistema de elección y el periodo de duración.

Una vez aprobada por ambas cámaras, la iniciativa será revisada por la Corte Constitucional. Si la Corte la avala, el Congreso deberá convocar una votación popular, en la que al menos 13 millones de colombianos —una tercera parte del censo electoral— deberán votar afirmativamente para que la convocatoria sea válida.

De lograrse la aprobación, se abriría un proceso para elegir a los integrantes de la Asamblea, y durante su funcionamiento, el Congreso perdería la facultad de reformar la Constitución.