Con mucha nostalgia y a pocos días de la inminente desaparición del emblemático ‘Pare Papi, Quiero Piña’, en Floridablanca, su fundador, Gustavo Pinilla Díaz, espera ese acontecimiento que cambiará la historia del sector, que por medio siglo fue un sitio referente para propios y visitantes.
Las casetas allí instaladas desaparecerán para darle paso a un moderno intercambiador, que mantendrá el nombre del famoso parador turístico.
Ya pasaron 45 años desde el día en que este sanvicentano, de 86, llegó a Floridablanca, proveniente de Lebrija, a montar un negocio callejero, que incluía una mesa, unas piñas y un cuchillo, con lo que sacaría adelante a sus 11 hijos.
Don Gerardo Díaz, propietario de la Ferretería al Día, fue quien le ayudó a Gustavo, su compañero de colegio, a construir la caseta del negocio y fue quien lo bautizó como ‘Pare Papi… Quiero Piña’.
Con el negocio a la intemperie, Gustavo Pinilla recibió ayuda de la Policía de Carabineros, que le regaló una sombrilla, y del mismo Gerardo Díaz, quien le montó una caseta.
Con el tiempo, Don Gustavo adecuó la infraestructura con servicios públicos, lo legalizó inscribiéndolo en la Cámara de Comercio y, además de su caseta, les montó otras dos a sus hijos, todas con el mismo nombre, que con el tiempo cobijó todo el sector.
Pese al tradicional nombre, lo único cierto es que en pocos días el lugar original desaparecerá para dar paso a la modernidad.
Aunque está de acuerdo con que la obra es necesaria, la familia Pinilla Orejarena pide una reubicación para continuar trabajando, porque este sector y los pasajeros que se mueven a su alrededor son quienes le brindan el sustento para el diario vivir.
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