Como parte de la labor conjunta entre la Fiscalía y la Policía Nacional, se nos desarrolló la Operación Peregrino para desarticular, de manera paralela, dos estructuras dedicadas al microtráfico en Piedecuesta y Bucaramanga, a través de 14 allanamientos en los que se lograron 31 capturas.
Uno de los frente de labor se dirigió hacia la organización delincuencial “Los Morados” la que había vulnerado tres colegios en Piedecuesta, donde manejaba l distribución de estupefacientes en sus entornos, así como en barrios del suroccidente de esta localidad y la ruta de turismo religioso hacia el Cerro La Cantera, la cual se había convertido en zona de miedo para quienes frecuentaban recurrentemente este sector.
Así mismo se atacó a la banda denominada “Los Yakuza”, en Bucaramanga, la cual adelantaba su actividad delincuencial en el parque Centenario y la Avenida Quebrada Seca, lugares donde se dinamizaba el consumo como consecuencia de la presencia permanente de habitantes de calle.
Ambas estructuras criminales, contaban con jefes zonales, quienes se subordinaban al líder de la organización desde un componente de distribución en diferentes sectores de la ciudad.
En el caso particular de la organización “Los Morados”, contaban con un modelo de expendio a domicilio, el cual funcionaba desde la recepción de pedidos a través de llamadas telefónicas.
Estas organizaciones, buscaban contratar como campaneros o expendedores a habitantes de calle a quienes les pagaban por su labor entre 10 y 20 dosis de estupefacientes por turno.
La organización “Los Morados” contaba con una trayectoria de más de 10 años en el tráfico de estupefacientes, logrando rehacer su negocio criminal luego de diferentes intervenciones en los últimos años a través de allanamientos y capturas, entre estas, al cabecilla y miembros de su núcleo familiar.
La residencia del cabecilla de la organización fue objeto de extinción de dominio en meses pasados, teniendo en cuenta que fue recurrente su uso para la distribución de estupefacientes; no obstante, continuaron con la venta desde otro inmueble que hoy será objeto de allanamiento.
Como fachada en esta vivienda se desarrollaban actividades de tratamiento de vísceras de ganado las cuales permitían camuflar las sustancias y hacerlas imperceptibles a los caninos policiales ante el olor putrefacto producto de los residuos de carne y huesos que eran almacenados allí.
De igual manera, en las labores investigativas, se identificó la instrumentalización de menores, los cuales eran utilizados por parte de algunos integrantes de la organización con el fin de pasar desapercibidos en las actividades de distribución de estupefacientes.
A los capturados se les imputaron los delitos de tráfico, fabricación y porte de sustancias estupefacientes e instrumentalización de menores, en algunos de los capturados.
Estas estructuras delincuenciales comercializaban en el día más de 2000 dosis de cocaína, perico, marihuana y bazuco, que en el marco de la economía criminal equivaldrían a un valor superior a los 300 millones de pesos mensuales.
Así mismo los delincuentes de ambas estructuras presentan reincidencia en delitos como tráfico de estupefacientes, porte de armas de fuego, lesiones personales, hurto calificado y agravado, acumulando 92 procesos.
De manera particular, uno de los integrantes de la organización “Los Yakuza”, cuenta con 32 procesos por el delito de tráfico, fabricación y porte de estupefacientes.
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