Con gran satisfacción algunos feligreses se congregaron en los templos para vivir la Semana Santa de manera presencial, en medio de las limitantes, pero diferente al año pasado, cuando la pandemia obligó a prescindir de cualquier tipo de celebración en las iglesias. Para algunos asistentes durante la celebración de la semana Mayor, fue un privilegio el volver a los templos de manera presencial sobre todo para conmemorar fechas tan importantes para la Iglesia Católica como la pasión de Cristo.
Para los nazarenos de la parroquia de San Laureano si bien este año algunos se pudieron revestir y vivir de cerca la pasión, muerte y resurrección de Jesús, otras tradiciones, como las procesiones, no se pudieron llevar a cabo a causa de la pandemia, algo que, sin duda, los llena de nostalgia.
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En este ocasión, fue clave el trabajo del equipo de bioseguridad que se mantuvo dentro de los templos, con el propósito de garantizar el cuidado y la salud de quienes participaron en los actos.
Aunque no fue muy bien recibido algunas recomendaciones por parte de algunos congregados, se mantuvieron las medidas.
Para algunos aún queda el sin sabor de no haber acudido a los templos. Sin embargo, todos vivieron la semana con gran entrega y fervor.
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