Para doña María y don Raúl la preocupación no solo radica en que no tienen un hogar donde resguardarse. Aunque están cerca pero no llegan a los 70 años, sí los cobija aquella parte del decreto que recomienda a los mayores de 65 someterse a un autocuidado para evitar la temida enfermedad. Pero, ¿cómo hacerlo, si su hábitat son las calles y en ellas transcurre su diario vivir?
“Para mi gasto, para comprar las cosas que nos faltan” dijo Maria Galvis, habitante de la calle.
“Nadie nos da de comer, ni el gobierno, eso es muy triste” agregó Raul Gonzalez.
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Otros, entre tanto, dicen que acatarán la medida con responsabilidad, y tendrán más tiempo para compartir con sus familiares, con la fe de que todos unidos podrán sortear esta emergencia que hoy agobia al país y al mundo entero.
“Pues hay que prevenir, estoy muy deacuerdo, eso nos ayudara” Heriberto Meza, ciudadano
Por otro lado, Alirio Sarmiento quien ya es un adulto mayor dice, “es muy adecuado, porque somos las personas mas propensas a nos coja con mas facilidad”
A la hora de cumplir con esta disposición, los más preocupados son aquellas personas mayores que tienen dificultades para abastecerse de alimentos y elementos de protección. Es el caso de doña María, quien trabaja en las calles del centro de Bucaramanga, y que espera que algún alma caritativa la ayude para enfrentar esta emergencia en medio de su pobreza y sus múltiples necesidades.