La marcha transcurría en completa calma. Las más de 21 mil personas que salieron a las calles de Bucaramanga participaron pacíficamente en las marchas, con arengas y carteleras, pero sin alterar la normalidad. No obstante, sobre las 7:00 de la noche un grupo de encapuchados comenzó a atacar los edificios de la alcaldía y la gobernación.
Varios policías también fueron agredidos por los encapuchados, a quienes se les encontraron armas artesanales, con caucheras, con las que atacaban a la fuerza pública.
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Durante los hechos vandálicos 71 establecimientos comerciales fueron atacados y dos personas fueron capturadas. También se realizaron 19 amonestaciones a menores de edad que fueron sorprendidos lanzando piedras.
Al final de la noche, se registró un cacerolazo, qué rápidamente se fue extendiendo por diferentes sectores de la ciudad, e inclusive llegó a los municipios vecinos.