La captura de su líder alias ‘Pichi’ se dio en una zona rural exclusiva a las afueras de Medellín, donde por cielo y tierra, un grupo de comando especial de la Policía Nacional logró apresar al sujeto cuando intentaba escapar en una camioneta.
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Tras la captura del cabecilla, se efectuaron 21 allanamientos que permitieron desarticular toda la estructua, compuesta por 23 personas, seis de ellas enfocadas en los sicariatos y 17 administradores del tráfico de estupefacientes.
La investigación estableció que este grupo delincuencial estaría vinculado en ocho homicidios cometidos en el área metropolitana Bucaramanga, relacionados con la disputa territorial del microtráfico.
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Los capturados deberán responder por los delitos de homicidio agravado, tortura, desaparición forzada, concierto para delinquir con fines de homicidio, y tráfico de estupefacientes y armas de fuego.
