Este martes se conoció la historia del asesinato de un niño de cinco años por su padre Cevher Toktas, un volante de 32 años del Bursa Yildirim Spor que asfixió a su pequeño con una almohada.
Según medios internacionales, el hecho sucedió el pasado 23 de abril cuando el niño fue ingresado en una clínica de Bursa con fiebre alta y varios síntomas relacionados al Coronavirus. Sin embargo, 11 días después del deceso del chico, su padre admitió ante la policía local que había cometido el crimen porque “no lo quería” lo suficiente.
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“Puse una almohada en su cabeza y apreté durante 15 minutos sin parar. Mi hijo resistió un tiempo, pero cuando dejó de moverse, saqué la almohada. Luego llamé a los médicos para que no sospechasen nada”, informaron medios internacionales.
“Nunca quise a mi hijo menor, desde su nacimiento. No sé por qué no lo quiero. La única razón de haberlo matado fue que no lo quise. No tengo ningún problema mental”, explicó el mediocampista que será juzgado por homicidio, un delito que en Turquía se puede llegar a castigar con cadena perpetua.
Desde su debut como profesional en 2006, Toktas representó a varios equipos del ascenso del fútbol turco, como Orhangazispor, Merinosspor, Kahramanmaras, Siirtspor, Adiyamanspor y Cankaya FK, entre otros.
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